La OMS ha dado nombre a esa sensación de agotamiento mental, apatía, desmotivación que podemos sufrir las personas. Se caracteriza por una sensación de indefensión o preocupación, tristeza, irritabilidad, que puede generar también dificultades en el sueño, falta de apetito y dificultad para concentrarse.

Este estado de ánimo viene derivado del impacto del coronavirus en nuestra vida, por meses y meses de noticias negativas, por el miedo al contagio y la ansiedad que ello nos produce.

Por la carencia de contacto social con nuestro entorno y con seres queridos, por ese profundo anhelo de conectar con la gente y por la incertidumbre de una situación que está siendo muy cambiante.

Por hacer cosas que no nos gustan y porque hemos dejado de hacer cosas que sí nos gustan. Todo esto supone un perjuicio para nuestra salud mental. Nos hace preguntarnos una y otra vez ¿cuándo se va a acabar esto?

Consejos para evitar la fatiga pandémica

CUIDA TU CUERPO

  • Haz ejercicio diario.
  • Come sano.
  • Mantén rutina de sueño saludable.

REDUCE TU ESTRÉS

  • Haz ejercicios de respiración y relajación.
  • Da paseos por el campo.
  • Lee.

MANTEN TU ATENCIÓN EN EL PRESENTE

  • Estate en el aquí y el ahora, evita las anticipaciones de futuro, eso genera mucha ansiedad.
  • Valora los momentos que vives.

LIMITA TU CONSUMO DE NOTICIAS NEGATIVAS

  • Si ves muchas noticias, te cargas de emociones negativas y resta tu energía.

CONECTA CON LOS DEMÁS

  • Socializa, con todas las precauciones, limitando los contactos físicos.
  • Haz llamadas telefónicas, videoconferencias, escribe.

ACEPTA TUS EMOCIONES

  • Expresa lo que sientes y cómo te sientes, reprimir o ignorar los sentimientos no los hace desaparecer.

AGRADECE Y HÁBLATE DE MANERA POSITIVA

  • Lo que tienes y lo que sí puedes hacer.

GUARDA UN MOMENTO DEL DÍA

  • Para hacer algo que te guste y te haga sentir bien.

ACUDE A UN PROFESIONAL DE LA PSICOLOGÍA

  • Si ves que estás desbordado por la situación, te ayudará. El consumo de psicofármacos, pastillas, no te enseñará a pensar o a actuar mejor.

El gran peligro de la fatiga pandémica es que una población fatigada es más propensa a bajar la guardia y descuidarse, por lo tanto, cuidémonos siguiendo estas recomendaciones.