Grupo de terapia y apoyo a familiares y cuidadores de personas con cáncer

Cuidar es una difícil tarea ante la enfermedad de un familiar. Muchas veces, la enfermedad ocupa tanto espacio que no queda apenas hueco para el propio malestar que presentan los cuidadores o familiares.

El cáncer supone un impacto para la persona que lo padece, y también para el entorno cercano del mismo, los familiares, cuidadores y amigos. Y tiene consecuencias psicosociales tanto para uno como para los otros.

Poco a poco se va asumiendo que el paciente de cáncer puede beneficiarse favorablemente de recibir ayuda psicológica, concretamente, psicooncológica. Pero, ¿quién cuida del cuidador? ¿Qué ocurre con el familiar cuidador? Para el entorno familiar, esta cuestión queda, en ocasiones, más lejana.

La familia y los seres queridos del paciente de cáncer pueden tener afectadas parcelas de su vida cuando una enfermedad oncológica aparece, como:

  • Funcionamiento familiar:

Cuando sobreviene un cáncer, todo cambia en la familia, al menos, durante un periodo de tiempo. Los roles familiares desempeñados pueden verse modificados incluso, alterados. Hay que hacer frente a tareas distintas a las que normalmente se desempeñan.

  • Aspectos sociales:

Se puede dar aislamiento social, tanto en pacientes como en las familias. Todavía a día de hoy, muchas personas no saben cómo actuar frente a un familiar o un amigo que tenga cáncer.

  • Comunicación intrafamiliar:

Este es un gran tema a tratar y trabajar, ya que puede verse muy afectada y establecer distancias emocionales e incomprensión entre los miembros de la familia que dificultan el afrontamiento del proceso oncológico.

  • Aspectos socioeconómicos y laborales:

Unos de los riesgos de padecer cáncer son las consecuencias laborales que puedan derivarse de ello. En ocasiones, los familiares tienen ausencias del trabajo por atender las necesidades del familiar, acompañamientos en hospital y a citas médicas. Incluso, se puede llegar a dejar el trabajo.

  • Cuidado personal:

Cuando el ser querido está enfermo, esto es la prioridad a ser atendida, quedando el autocuidado personal del familiar relegado o incluso totalmente abandonado. No solo se hace referencia al autocuidado físico sino, también, al autocuidado emocional y psicológico que se ve comprometido y afectado.

Por todo lo anterior, nace la idea de la necesidad de un grupo terapéutico de soporte emocional para familiares y cuidadores de enfermos de cáncer. Como ayuda para sentirse comprendidos y no sentirse solos ni aislados. Como apoyo y complemento a la terapia individual que se viene realizando con familiares desde los inicios de la asociación.

Al igual que los pacientes de cáncer expresan, en muchas ocasiones, que quienes más los entienden son las personas que han pasado por la misma experiencia, que han padecido un cáncer, podemos afirmar que para los familiares se puede aplicar la misma afirmación. Unirse a otros que viven y experimentan situaciones similares, hace que se identifiquen unos con otros, y se sientan mejor.

Desde AYAC queremos ofrecer la posibilidad de formar un grupo de terapia para familiares y cuidadores de personas que tienen o han tenido cáncer.

Consideramos firmemente que son personas a quienes el cáncer también les afecta de manera indirecta, y por tanto, necesitan ayuda, apoyo, asesoramiento y un espacio de desahogo. Son muchas las situaciones en las que un familiar-cuidador puede necesitar ayuda.

Si tu familiar acaba de recibir un diagnóstico de cáncer, si padece cáncer o si lo ha padecido, si no sabes cómo tratar a tu ser querido, si tienes dificultades en la comunicación, si sientes que la situación te supera o te sientes estresado y/o solo, en AYAC queremos estar contigo.

AYAC ofrece ayuda a las personas que proveen de cuidados al paciente con cáncer. Ayudarles, es ayudar a su vez a la persona enferma. Es mejorar el entorno familiar.

Si eres familiar y/o cuidador y te gustaría formar parte de un grupo de personas en situación similar a la tuya, ponte en contacto con nosotros en el teléfono 693 065 668 o en el correo electrónico ayac@ayac.es

Hablemos de sexualidad y cáncer

Con motivo del Día Europeo de la Salud Sexual, que se celebra cada 14 de febrero, en AYAC hemos querido abordar un tema del que no se habla lo suficiente y que tiene un impacto añadido durante un proceso oncológico: la sexualidad del paciente.

Cuando una persona es diagnosticada de cáncer, se produce un cambio en su vida, al menos temporalmente. El impacto que se ocasiona afecta a todas las esferas de la vida, y el sexo es una de ellas, a pesar de ser una de las que menos se habla, se trata, o incluso, de las que menos preocupa en unos primeros momentos, orientados totalmente a la supervivencia.

Tras el diagnostico, lo principal es tratar la enfermedad en sí y son los tratamientos (cirugía, quimioterapia, radioterapia, tratamientos hormonales,..) los que pueden provocar que se experimenten cambios en la respuesta sexual de la persona, además de la propia enfermedad, lo que hace que no se esté en el mejor estado.

Los efectos secundarios de estos tratamientos pueden ocasionar agotamiento y reducción de la energía, lo que nos lleva a pensar que el sexo sea lo último que esté en nuestra cabeza.

Suele ocurrir también que las personas con cáncer tengan miedos, dudas e inseguridades. La vulnerabilidad que se vive y los cambios en la imagen corporal pueden generar sentimientos de vergüenza, baja autoestima y llevar a  estados de ansiedad y de bajo ánimo que indudablemente van a afectar a la vida sexual.

Todo esto puede ocasionar posteriormente un malestar añadido en la sexualidad,  que debería ser tratado con total normalidad para dar soluciones a dichas dificultades. Hay que tener en cuenta que va a depender de la persona y del tipo de cáncer que se padezca, cada uno de ellos con sus propias implicaciones. También debemos tener presente que puede haber hay personas que con anterioridad al cáncer ya mantenían una vida sexual limitada.

No nos podemos olvidar que todo el proceso oncológico afecta a la pareja y, por supuesto, tiene repercusiones en la sexualidad compartida. Se pueden producir sentimientos de inseguridad y miedos en lo que se refiere a un acercamiento íntimo.

Los cambios más frecuentes que nos podemos encontrar son:

  • Disminución o pérdida del deseo sexual.
  • Disfunción sexual, generalmente asociada a tipos de cánceres como son ginecológicos y de próstata.
  • Dificultad para conseguir excitación.
  • Dificultad para alcanzar el orgasmo o reducción en intensidad o duración.
  • Sequedad vaginal y dolor en mujeres.

 

Estos cambios o dificultades pueden ser temporales o permanentes. Puede que no se mejoren de inmediato, pero, si no se ponen de manifiesto y se buscan y establecen soluciones, va a ser imposible remediarlos. Y se puede llegar a lograr una vida sexual plena.

Consejos para afrontar cambios en la sexualidad:

  • Establecer una comunicación abierta y hablar del tema: los problemas hay que abordarlos, tanto con la pareja como con los profesionales, y con otras personas que hayan pasado por lo mismo.
  • Mostrar compresión y empatía: uno con el otro, respetando los ritmos y los tiempos.
  • Abrir la mente: el sexo no es igual a penetración. La sexualidad es mucho más amplia, donde los preliminares, caricias, besos, abrazos, masajes… forman parte de la vida sexual. Podemos conectar con nuestra sexualidad tanto con otra persona, como con nuestra propia intimidad.
  • Recordar que la sexualidad es importante en el ser humano: nos ayuda a sobrellevar mejor los sentimientos desagradables ocasionados por el proceso oncológico porque nos va a proporcionar momentos de bienestar, satisfacción y placer que son altamente beneficiosos.
  • Buscar ayuda de un profesional en caso de ser necesario.

 

Como reflexión final, desde AYAC queremos resaltar que es necesario hablar de sexualidad durante y después del proceso oncológico, También queremos animar a las personas a abordar este tema desde el respeto y la naturalidad, de manera clara y sin prejuicios. La sexualidad puede ser vivida en todas las etapas de la vida de una persona, adaptándose a las circunstancias y de diferentes maneras.

Maricarmen Rodríguez, psicooncóloga de AYAC.

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