Hablemos de sexualidad y cáncer

Con motivo del Día Europeo de la Salud Sexual, que se celebra cada 14 de febrero, en AYAC hemos querido abordar un tema del que no se habla lo suficiente y que tiene un impacto añadido durante un proceso oncológico: la sexualidad del paciente.

Cuando una persona es diagnosticada de cáncer, se produce un cambio en su vida, al menos temporalmente. El impacto que se ocasiona afecta a todas las esferas de la vida, y el sexo es una de ellas, a pesar de ser una de las que menos se habla, se trata, o incluso, de las que menos preocupa en unos primeros momentos, orientados totalmente a la supervivencia.

Tras el diagnostico, lo principal es tratar la enfermedad en sí y son los tratamientos (cirugía, quimioterapia, radioterapia, tratamientos hormonales,..) los que pueden provocar que se experimenten cambios en la respuesta sexual de la persona, además de la propia enfermedad, lo que hace que no se esté en el mejor estado.

Los efectos secundarios de estos tratamientos pueden ocasionar agotamiento y reducción de la energía, lo que nos lleva a pensar que el sexo sea lo último que esté en nuestra cabeza.

Suele ocurrir también que las personas con cáncer tengan miedos, dudas e inseguridades. La vulnerabilidad que se vive y los cambios en la imagen corporal pueden generar sentimientos de vergüenza, baja autoestima y llevar a  estados de ansiedad y de bajo ánimo que indudablemente van a afectar a la vida sexual.

Todo esto puede ocasionar posteriormente un malestar añadido en la sexualidad,  que debería ser tratado con total normalidad para dar soluciones a dichas dificultades. Hay que tener en cuenta que va a depender de la persona y del tipo de cáncer que se padezca, cada uno de ellos con sus propias implicaciones. También debemos tener presente que puede haber hay personas que con anterioridad al cáncer ya mantenían una vida sexual limitada.

No nos podemos olvidar que todo el proceso oncológico afecta a la pareja y, por supuesto, tiene repercusiones en la sexualidad compartida. Se pueden producir sentimientos de inseguridad y miedos en lo que se refiere a un acercamiento íntimo.

Los cambios más frecuentes que nos podemos encontrar son:

  • Disminución o pérdida del deseo sexual.
  • Disfunción sexual, generalmente asociada a tipos de cánceres como son ginecológicos y de próstata.
  • Dificultad para conseguir excitación.
  • Dificultad para alcanzar el orgasmo o reducción en intensidad o duración.
  • Sequedad vaginal y dolor en mujeres.

 

Estos cambios o dificultades pueden ser temporales o permanentes. Puede que no se mejoren de inmediato, pero, si no se ponen de manifiesto y se buscan y establecen soluciones, va a ser imposible remediarlos. Y se puede llegar a lograr una vida sexual plena.

Consejos para afrontar cambios en la sexualidad:

  • Establecer una comunicación abierta y hablar del tema: los problemas hay que abordarlos, tanto con la pareja como con los profesionales, y con otras personas que hayan pasado por lo mismo.
  • Mostrar compresión y empatía: uno con el otro, respetando los ritmos y los tiempos.
  • Abrir la mente: el sexo no es igual a penetración. La sexualidad es mucho más amplia, donde los preliminares, caricias, besos, abrazos, masajes… forman parte de la vida sexual. Podemos conectar con nuestra sexualidad tanto con otra persona, como con nuestra propia intimidad.
  • Recordar que la sexualidad es importante en el ser humano: nos ayuda a sobrellevar mejor los sentimientos desagradables ocasionados por el proceso oncológico porque nos va a proporcionar momentos de bienestar, satisfacción y placer que son altamente beneficiosos.
  • Buscar ayuda de un profesional en caso de ser necesario.

 

Como reflexión final, desde AYAC queremos resaltar que es necesario hablar de sexualidad durante y después del proceso oncológico, También queremos animar a las personas a abordar este tema desde el respeto y la naturalidad, de manera clara y sin prejuicios. La sexualidad puede ser vivida en todas las etapas de la vida de una persona, adaptándose a las circunstancias y de diferentes maneras.

Maricarmen Rodríguez, psicooncóloga de AYAC.