Cómo puede ayudarte la psicología si tienes cáncer

Cuando te diagnostican cáncer, surgen dudas y temores, nuevas preguntas aparecen en la mente. Se sienten muchas y distintas emociones, vienen pensamientos y preocupaciones que antes no estaban. Todo es nuevo, desconocido, inesperado y se produce un gran cambio en la vida. Hay que empezar un camino difícil, en ocasiones largo e incierto.
El cáncer afecta a todos los ámbitos de la vida de la persona y por ello, el abordaje de la enfermedad ha de ser multidisciplinar.

Además de la parte física, hay un componente emocional y psicológico que no podemos dejar de atender; si lo hacemos, estamos dejando de lado la posibilidad de entender a la persona en todas sus dimensiones, con todas sus necesidades.

El profesional de la psicooncología tiene una formación especializada, que aplica los conocimientos de la Psicología Clínica y la Psicología de la Salud en el campo de la Oncología. Y puede beneficiar mucho a la persona con cáncer y a su familia.

La asistencia psicológica forma parte del proceso oncológico desde el inicio, desde la detección de la enfermedad hasta la resolución de ella. Te puede ayudar a entender lo que sientes al recibir el diagnóstico, cuáles son las emociones que tienes, a saber identificarlas y expresarlas. Puede ayudarte a desarrollar recursos, fortalezas y estrategias de afrontamiento para adaptarte al proceso. A comprender la información médica recibida y procesarla e interactuar mejor con el personal sanitario. A convivir con los tratamientos y desarrollar herramientas para reducir su impacto. A facilitar la comunicación familiar, mejorando las relaciones. A tomar decisiones.

También da importancia y espacio a los familiares, como afectados por la enfermedad, a manejar los cambios sobrevenidos. A ser asertivos, a pedir ayuda y buscar fuentes de apoyo. A entender y organizar la vuelta a la normalidad, los cambios y los tiempos requeridos. A comprender la autoimagen, el autoconcepto personal y la visión de la vida. A afrontar la recaída, si se da. Y si llega la situación que la enfermedad se vuelve incurable, a mantener la calidad de vida, a proponer esperanzas asequibles y, a manejar las necesidades de final de vida.

La psicooncología también realiza una labor importante en materia de prevención de la enfermedad y promoción de la salud, haciendo psicoeducación con la población para evitar aquellos factores de riesgo que intervienen en el desarrollo del cáncer, así como, el impacto de las enfermedades oncológicas en la sociedad. Se desarrolla una función docente y formativa. Y se proporciona apoyo a profesionales sanitarios que trabajan en la oncología. También es relevante la investigación científica en aspectos psicológicos del cáncer para avanzar en el conocimiento.

Para mí ser psicooncóloga es acompañar a la persona, al ser humano único que es, dándole todo el espacio y la importancia que necesita. Es acoger, es escuchar, es caminar junto a quien acaba de recibir la noticia de que tiene cáncer y se encuentra perdido, es ayudarle a adaptarse y afrontarlo mejor, quizá en el momento más difícil y complicado de su vida. Es comprender y entender al familiar y orientarle en cómo puede ayudar a su ser querido. Es ver mucho más allá de la enfermedad, es mirar y atender a todo lo que somos.

La psicooncología deber ser parte del tratamiento integral del cáncer y así lo entendemos en AYAC, donde ofrecemos asistencia psicológica para el paciente de cáncer y para los familiares. Estamos a tu lado.

Maricarmen Rodríguez, psicooncóloga de AYAC.

Hablemos de sexualidad y cáncer

Con motivo del Día Europeo de la Salud Sexual, que se celebra cada 14 de febrero, en AYAC hemos querido abordar un tema del que no se habla lo suficiente y que tiene un impacto añadido durante un proceso oncológico: la sexualidad del paciente.

Cuando una persona es diagnosticada de cáncer, se produce un cambio en su vida, al menos temporalmente. El impacto que se ocasiona afecta a todas las esferas de la vida, y el sexo es una de ellas, a pesar de ser una de las que menos se habla, se trata, o incluso, de las que menos preocupa en unos primeros momentos, orientados totalmente a la supervivencia.

Tras el diagnostico, lo principal es tratar la enfermedad en sí y son los tratamientos (cirugía, quimioterapia, radioterapia, tratamientos hormonales,..) los que pueden provocar que se experimenten cambios en la respuesta sexual de la persona, además de la propia enfermedad, lo que hace que no se esté en el mejor estado.

Los efectos secundarios de estos tratamientos pueden ocasionar agotamiento y reducción de la energía, lo que nos lleva a pensar que el sexo sea lo último que esté en nuestra cabeza.

Suele ocurrir también que las personas con cáncer tengan miedos, dudas e inseguridades. La vulnerabilidad que se vive y los cambios en la imagen corporal pueden generar sentimientos de vergüenza, baja autoestima y llevar a  estados de ansiedad y de bajo ánimo que indudablemente van a afectar a la vida sexual.

Todo esto puede ocasionar posteriormente un malestar añadido en la sexualidad,  que debería ser tratado con total normalidad para dar soluciones a dichas dificultades. Hay que tener en cuenta que va a depender de la persona y del tipo de cáncer que se padezca, cada uno de ellos con sus propias implicaciones. También debemos tener presente que puede haber hay personas que con anterioridad al cáncer ya mantenían una vida sexual limitada.

No nos podemos olvidar que todo el proceso oncológico afecta a la pareja y, por supuesto, tiene repercusiones en la sexualidad compartida. Se pueden producir sentimientos de inseguridad y miedos en lo que se refiere a un acercamiento íntimo.

Los cambios más frecuentes que nos podemos encontrar son:

  • Disminución o pérdida del deseo sexual.
  • Disfunción sexual, generalmente asociada a tipos de cánceres como son ginecológicos y de próstata.
  • Dificultad para conseguir excitación.
  • Dificultad para alcanzar el orgasmo o reducción en intensidad o duración.
  • Sequedad vaginal y dolor en mujeres.

 

Estos cambios o dificultades pueden ser temporales o permanentes. Puede que no se mejoren de inmediato, pero, si no se ponen de manifiesto y se buscan y establecen soluciones, va a ser imposible remediarlos. Y se puede llegar a lograr una vida sexual plena.

Consejos para afrontar cambios en la sexualidad:

  • Establecer una comunicación abierta y hablar del tema: los problemas hay que abordarlos, tanto con la pareja como con los profesionales, y con otras personas que hayan pasado por lo mismo.
  • Mostrar compresión y empatía: uno con el otro, respetando los ritmos y los tiempos.
  • Abrir la mente: el sexo no es igual a penetración. La sexualidad es mucho más amplia, donde los preliminares, caricias, besos, abrazos, masajes… forman parte de la vida sexual. Podemos conectar con nuestra sexualidad tanto con otra persona, como con nuestra propia intimidad.
  • Recordar que la sexualidad es importante en el ser humano: nos ayuda a sobrellevar mejor los sentimientos desagradables ocasionados por el proceso oncológico porque nos va a proporcionar momentos de bienestar, satisfacción y placer que son altamente beneficiosos.
  • Buscar ayuda de un profesional en caso de ser necesario.

 

Como reflexión final, desde AYAC queremos resaltar que es necesario hablar de sexualidad durante y después del proceso oncológico, También queremos animar a las personas a abordar este tema desde el respeto y la naturalidad, de manera clara y sin prejuicios. La sexualidad puede ser vivida en todas las etapas de la vida de una persona, adaptándose a las circunstancias y de diferentes maneras.

Maricarmen Rodríguez, psicooncóloga de AYAC.

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